El aviso....

Mientras medito acerca del comienzo, trato de hilvanar palabras o frases que repliquen las sensaciones vividas en las últimas horas, los minutos y segundos vividos...

Son muchas sensaciones físicas, incluyendo el lento rrecorrido de una lágrima en un rostro vertical. La salobre humedad captada en algún recóndito lugar del hemisferio derecho(o izquierdo?)de mi cerebro, el sonido del tecléo en el silencio momentáneo de la calle, la acelerada pulsación del ojo izquierdo después del involuntario tic, producto de la última frase del escrito en el muro de mi padre :
" Despues de 6 meses escribí en mi diario............Hoy 20 de Marzo estando en el Metro Santa Lucía y con algo de tiempo a favor decidí terminar con algunas cosas pendientes.No quería bajar el ritmo, en el metro Bilbao me di cuenta que nada impedía venir a verte y reencontrarnos.Te extraño en demasia, aquí estoy de pie contigo y sin tí , con el pecho inflamado de dolor.No logro verte, no te escucho, no te huelo, no te toco ni me tocas y si lo haces no lo siento.Te repito una y otra vez que te extraño, aquí es todo tan verde que no pierdo la esperanza de escuchar tu voz serena y amigable. Se que no debo llorar, pero estoy con pataleta igual que un niño.Llaces unos cuantos metros bajo mis pies y no puedo ni tocarte.Te traje siete claveles porque te quiero.Te extraño papá, prometo venir a verte mas seguido. Para la proxima voy a pintar las letras de tu lápida, así cuando te visite alguien más esté bonito.
Pelusa.
Escrito, por mi hermana querida en su diario un día de Marzo en el Metro en Stgo...

Y el aviso...
Ese temido dolor en el brazo izquierdo, bajo el trícep o entre los musculos que rodean la aórta, la punzante sensación, el latido doloroso que hace que una mueca se dibuje en tu cara sin poder reprimír el temor de lo desconocido... El aviso, ese tantas veces escuchado o visto en la tele, cuando se escenísfica una dolencia cardíaca...
Y después la mirada al cielo o el techo de esa "fria cama de hospital", la de Nino Bravo, o la de mi padre antes de su muerte...
Los vicios y los habitos son dificiles de cambiar, las costumbres y la cultura es algo que cuesta sacar de la rutina de la gente, de mi y de cualquiér ser humano.
El aviso llegó de improviso, como una puntada en algún sector del bajo vientre, "como una "patá en la guata" diría mi tío Renato. O como un calambre...
Pero sucedió.
Y el manejo en esa autopista del 1er mundo, entre Catapilco y La Ligua, donde a 120 las cosas pasan rapidas y difusas, donde la música de la FM que se capta entre la urbe y el campo, pronto solo es un sonido de fondo entre el dolor y la cordura, entre la oscuridad y los baches...
Y viene la toma de conciencia... El sacar el pie del acelerador y pensar en la familia y los amigos, entre la ansiedad de la llegada a casa y el deseo de parar y ... Saber que es lo que pasa...

El techo de ese hospital, a la vera del camino, cercano pero a la vez distante, el latir apresurado frente a la ventanilla del funcionario de turno, el aterrizaje forzado en la realidad de nuestro pais, burocrático y solemne, donde los rostros en la sala de urgencia solo muestran muecas de dolor e impaciencia... Me hacen reflexionar sobre el aviso, que recibí en la ruta oscura del camino a casa.
Horas después, con el analisis de cada botón de la camisa celeste, la que compre en una de esas liquidaciones en el Mall, después de la mirada acusiosa de la joven doctora de turno, después de las innumerables miradas de la enfermera de turno, de la desagradable sensación del gel incoloro y pegasoso, que hacía que mis blancos y largos "pelo" en pecho" hicieran que los electrodos se despegaran de cuando en vez , brazos, piernas id., y los sonidos electrónicos de la máquinita que mide mi pulso y presión... El aviso...
Después la latosa amargura , traducida en la píldorita bajo mi lengua, para bajar los agitados latidos y 1/2 hora después, la decepción inmensa del electro.... Normal...
Frente a la ventanilla, a la salida, el darse cuenta que el dinero lo es todo... Que las URGENCIAS en nuestro país, cuestan de acuerdo a como vistes, calzas o de acuerdo al color de tus ojos...
$ 21.800.- es la cifra exacta que cuesta la toma de presión en un Hospital Publico de nuestro pais... Si tienes los ojos azules y no perteneces a FONASA, si tienes la paciencia de esperar en una sala de espera, junto a campesinos con gripe, a futuras madres con mareos, a indigestados con asados y alcohól y traumatizados de un choque...
Pero es el momento de hacer caso al AVISO, que mi organismo me dice. El delator enmascarado, traducido en dolor de mi brazo izquierdo, punzante y transpirado...

Si fueses un indigente, o un ciudadano común y corriente, un " Don nadie", quizas tengas un mejor trato.
Por ahora solo tienes la realidad de un ciudadano de Chile.
Este es El Aviso.=

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